Enseñar a un perro a no pedir comida en la mesa es uno de los puntos básicos dentro de la buena educación canina. En este post os explico qué hago yo con mi perro para evitar que mendigue mientras comemos.
Enseñar a un perro a no pedir comida es fundamental
Tener a un perro gimoteando mientras comemos, o mirándonos con cara lastimera, o incluso haciendo amagos de llegar con el hocico a nuestro plato, es un problema de educación canina grave.
Puede que a nosotros no nos moleste tener a nuestro perro mendigando, pero seguramente algún día vendrán invitados a casa y la situación se volverá incómoda.
Para un perro, estar esperando ansiosamente que alguien le dé comida de la mesa es un sufrimiento innecesario.
Prevención
Siempre es mejor prevenir un problema de comportamiento que tener que solucionarlo una vez ya ha aparecido. En este caso, la prevención es fundamental.
La norma es aparentemente sencilla pero, en cambio, muchas personas se la saltan a la torera:
Lo principal a la hora de enseñar a un perro a no pedir comida es no dársela nunca. De esta manera, nunca generará la expectativa de recibirla y, por tanto, no la pedirá.
Este consejo que resulta tan obvio y tan sencillo es, sin embargo, dificilísimo de aplicar. Y el motivo es la inconsistencia entre los miembros de la familia (unos le dan comida al perro en la mesa y otros no), entre las visitas externas (invitados que sucumben ante la insistencia del perro) y nuestra propia inconsistencia (siempre terminamos por hacer alguna excepción y darle algo al perro desde la mesa).
Por eso, los tres pilares básicos de la prevención a la hora de enseñar a un perro a no pedir comida son:
- Prohibición: No hay que darle NUNCA (¡jamás!) comida al perro en la mesa.
- Consenso familiar: debemos asegurarnos de que ningún miembro de la familia se salta la norma.
- Instrucciones a invitados: Hay que explicar a todos los invitados que está absolutamente prohibido darle comida al perro en la mesa y cerciorarse de que cumplen la regla.
Qué hacer si te falló la prevención
En el 99,9% de los casos, la prevención falla porque alguien termina por darle algo al perro desde la mesa. Si es tu caso, te propongo un ejercicio para solventar el problema. Es lo que yo hago con mi perro… ¡y funciona!
En primer lugar, hay que entender una cosa: es normal que un perro que sólo come pienso se sienta atraído por nuestra comida. Evidentemente, nuestro menú es más suculento y menos aburrido. Por eso, en algunos casos de perros extremadamente motivados por la comida y con poco autocontrol ante ella, algunos expertos recomiendan el cambio a una dieta casera como parte de la terapia para solucionar el problema. Sin embargo, eso no siempre es posible y no tiene por qué ser, necesariamente, lo más recomendable.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que un perro con hambre siempre será más difícil de controlar que un perro saciado. Por ello, conviene darle de comer antes de comer nosotros.
Hay un mito que dice que, si el perro come antes, estaremos en riesgo de perder nuestro liderazgo ya que, en las manadas de lobos, los líderes comen antes y los demás después.
Ejercicio para mantener al perro tranquilo y alejado de la mesa mientras comemos
Si un perro pide comida en la mesa insistentemente y necesitamos una solución para mantenerlo tranquilo y alejado de los comensales, podemos hacer lo siguiente:
Vamos a explicarle al perro, “en su idioma”, que si se mantiene quieto y tranquilo en el lugar que le indiquemos, recibirá el premio que espera (un trozo de nuestra comida). Si, por el contrario, se acerca a la mesa, no obtendrá ninguna recompensa y, además, se llevará una reprimenda.
Seguiremos estos pasos:
- 1- Escoger un lugar a unos tres o cuatro pasos de distancia de la mesa, donde el perro pueda estar tumbado y tranquilo y nadie le moleste. Intentemos que no sea un lugar de paso.
- 2- Colocar allí la mantita del perro, su colchón o algún cojín para que entienda dónde le vamos a pedir que se tumbe.
- 3- Cada vez que nuestro perro acuda a la mesa para pedir comida, le diremos “No” y lo redirigiremos hacia su mantita. Para ello, podemos guiarlo con un premio de menos valor que lo que estemos comiendo (algo que le guste pero no tanto como lo que hay en nuestro plato) y, al llegar a la camita, le pediremos que se siente y se tumbe. Una vez tumbado, le daremos un trocito de comida de nuestro plato que previamente habremos cogido (si no, corremos el riesgo de que nuestro perro se levante para seguirnos cuando vayamos a buscarlo a la mesa).
- 4- Repetiremos este ejercicio tantas veces como sea necesario hasta que el perro entienda, con un simple gesto, que debe ir a su mantita y esperar allí hasta recibir el “premio gordo”.
- 5- Si el perro se levanta, volveremos a colocarlo en su mantita pero sin darle ningún premio. Tampoco le reñiremos. Simplemente, lo acompañaremos de nuevo a su manta.
Ahora tendremos que pasar a la siguiente fase del ejercicio, que consiste en aumentar la permanencia del perro en su manta. Es decir, conseguir que no se levante y espere el premio pacientemente, cada vez durante más tiempo.
- 6- Una vez logremos que el perro se quede tumbado en su camita sin levantarse, volveremos a la mesa y, enseguida, le llevaremos otro premio suculento si se mantiene en su sitio. De nuevo, si se levanta antes de tiempo, lo reconduciremos sin premiarlo.
- 7- Ahora se trata de ir alargando cada vez un poquito más el tiempo de la entrega del premio. De esta manera, le estaremos enseñando que sólo va a recibir premios cuando permanezca en la posición que le pedimos y en el lugar indicado.
- 8- Progresivamente, iremos aumentando el tiempo de espera más y más.
- 9- Sobre todo, NUNCA le daremos comida de nuestra mesa al perro si no está en su mantita.
- 10- Una vez tengamos claro que el perro ha entendido lo que le pedimos, empezaremos a retirar la mantita y colocarla cada vez un poco más lejos de la mesa y de los comensales.
Si este ejercicio se practica de forma consistente, los resultados son muy positivos. En pocos días o semanas, el perro aprende a quedarse tumbado en su sitio y no mendigar mientras comemos. Es una buena solución para evitar que pida comida.
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